
Retratos de resiliencia.
Relatos sobre la emoción y el cambio en psicoterapia.
Valentín Escudero Carranza.
Editorial Sentir, 2020
Este
libro muestra distintos retratos de resiliencia anónimos de los que aprender
indirectamente de esos momentos reales. Situaciones vividas por personas, en
muchos casos niños y adolescentes, que superan de manera ejemplar grandes
adversidades convirtiéndose en héroes para su terapeuta.

Al azar, para abrir boca; Fragmento
de Terapeuta confinado, dia 21 en Literapeutica
“La pregunta
impertinente: ¿Tengo que resistir la tentación de partirme de risa con algo que
me dice un cliente?
He oído cosas
muy graciosas en psicoterapia, algunas dichas en broma y que generan una risa
compartida. Es un gran indicador de conexión emocional, compartir golpes de
humor con el cliente. Creo que la risa, cuando es limpia y no tiene ni siquiera
trazas de sarcasmo, es muy curativa. Pero también he escuchado cosas muy
graciosas dichas en serio por los clientes.
Cosas graciosas
por su irracionalidad, por su choque con la razón, por su contexto
inverosímil. A veces me han respondido a una pregunta que yo veía
coherente y razonable de una manera tan ilógica que me ha provocado un enorme
impulso de risa contenida. El humor se basa en la sorpresa, en el doble
significado, en la contradicción, en doblar y plegar un contexto, en lo
absurdo, en lo inesperado, en el dislate. Y en la terapia familiar, al menos en
mi experiencia particular, hay mucho de todo eso.
Claro que tienes
que resistirte a la tentación y el impulso de reírte si el cliente no entiende
qué es lo gracioso de la situación o de lo que te acaba de decir. Creo que es
imposible definir el criterio que te permite saber cuándo puedes o no puedes
reírte. Es algo intuitivo. Pero tengo esta certeza: si tienes una buena
conexión emocional con el cliente, si has aprendido a entender el mundo desde
su punto de vista, si te pones sin dificultad dentro de sus zaparos cuando le
escuchas… sabes vivir con seriedad la cosa más absurda que él o ella te digan
en serio. Y sabes también, que, si rompes a reír de lo que han dicho, él o ella
van también a soltar una carcajada. Es la conexión la que te ayuda a compartir
y expresar el humor inevitable de algunas situaciones.
Recuerdo una
terapia de pareja de hace muchos años. Era una pareja hetero de clase media
alta, ambos profesionales con buenos trabajos. Y ambos tenían quejas muy
similares del otro. Una de las quejas era que a ambos les resultaban
insufribles las aficiones del otro. Me parecía una queja un tanto superficial y
no estaba muy concentrado en el momento en que exploré cómo les molestaban esas
aficiones. Le pregunte a él por las aficiones de ella que le resultaban tan
incomodas. Me respondió que “las mascotas; me gustan los animales, me gusta que
nuestros dos perros y nuestro gato duerman en nuestra habitación, pero es un
piso pequeño y me parece que ella no debe de recoger ningún otro perro ni
gato”. Ella interrumpió para matizar que el piso era pequeño pero que tenían un
balcón de cuatro metros de largo por casi dos de ancho.
De forma un
tanto distraída le pregunté a ella “¿entonces, has recogido de la calle algún
otro perro sin hablarlo con él?”. Ella me dijo que sí, que lo había hecho y que
estaba dispuesta a reparar esa situación. Yo simplemente miré a su marido con
una invitación no verbal a decir algo y él, muy afectuoso dijo: “pues podemos
ir colocando poco a poco esos perros y esos gatos en otras casas”. Yo no
veía muy clara esta propuesta y pregunté “¿poco a poco? ¿cuántos perros y gatos
son?". Los dos me miraron con total naturalidad y me dijeron a coro: “10
perros y 7 gatos, sin contar los ‘nuestros’”. Esta respuesta indicaba
obviamente un problema, quizás un drama, pero sus caras eran tan angelicales y
afectuosas, su expresión tan ingenua, que tuve que pedirles permiso para reírme
por la sorpresa. ¡Ellos se rieron también diciendo “imagínate el lío que
tenemos en casa!” (él) y “amamos los animales, pero se me ha ido de las
manos” (ella).
Cuando dimos por
terminada la terapia solamente tenían en casa ‘sus’ dos perros y 'su' único
gato. Me dijeron que al ver mi cara de sorpresa y reírnos en la primera sesión,
se les quitó un peso de encima.
Yo uso el humor
en terapia porque no puedo evitarlo, es mi manera de ser. Así que he tenido que
aprender a usarlo de la manera más adecuada, siempre focalizado en enviar un
mensaje de esperanza al cliente.”
V. Escudero C.
V. Escudero C.
Recomendación del autor.
En base
al origen de las historias, el libro se estructura en tres apartados:
ü
En sesión:
Agrupa
aquellos momentos mágicos que ocurren inadvertidamente en una sesión de
terapia. Son instantes que no se pueden explicar con términos teóricos o
técnicos de psicoterapia. A veces, ni siquiera su significado se asienta en
palabras, solo se revelan en gestos, sueños, lapsus y miradas.
ü
Mensajes y
cartas:
Recoge las
situaciones inspiradas en el material escrito que recibe o envía el terapeuta,
mediante mensajes, correos electrónicos y cartas. Muchas veces esos mensajes
cambian totalmente el sentido de la terapia o arrojan luz sobre cosas de las
que el terapeuta no era consciente o no había comprendido.
ü
Historias de
vida:
Reúne auténticas
historias de resiliencia y esperanza que pueden resultar inverosímiles. Se
presentan como una oportunidad única de conocer en profundidad otras vidas.
En papel y e book