El
silencio de los adultos como trauma agregado en el abuso sexual de un niño.
F. Piperno y F. Capozzi
Alsf, Chile. Correo de psicoterapia y salud mental, nº 6, 2017.
Las
historias de abuso sexual nos ponen en relación con las dinámicas de una
familia entera. El abuso sexual desestabiliza la psique del niño, más que por
el evento en sí mismo, también por las respuestas emocionales, las
características psíquicas, la cualidad de las dinámicas inconscientes de los
padres del niño abusado.
(…)
Anna es
una niña de inteligencia vivaz, pero desde los 4 años, su curiosidad y sus
intereses se han concentrado predominantemente sobre la sexualidad; de noche
quiere espiar a sus padres, mira a los hombres adultos, siempre hace preguntas
y comentarios sobre argumentos sexuales, no se interesa en jugar con sus
compañeros. Ella introduce desde las primeras entrevistas lo que será y deberá
ser su drama personal: la imposibilidad de dar, no solo voz sino ubicación a
sus experiencias traumáticas, los acosos sexuales del tío y la falta de escucha
de la madre. Su primer dibujo, una figura femenina estática y de cara
inexpresiva y, a un lado, un florero roto del cual sale agua, claro y
explícito, trae al espacio de la terapia la experiencia del abuso: el florero
caído con el agua derramada, ubicado a un lado de la hoja, el resto de la
escena es desolado y estereotipado.