lunes, 8 de junio de 2009

MESA REDONDA: LA RELACIÓN EDUCATIVA.La norma y lo educativo. Paloma Larena







La norma y lo educativo
Paloma Larena, Coordinadora Técnica de FAIM
Centro de Educación e Internamiento por Medida Judicial

Los derechos de los internos ( al respeto, a recibir formación reglada, a la atención sanitaria y terapéutica, a la confidencialidad, a la comunicación con el exterior, a recibir visitas, a sus prácticas religiosas, a sus objetos personales, a tener consigo a sus hijos de menos de 3 años, a los vis a vis, a tener un abogado, a realizar peticiones y reclamaciones, a estar informados de su situación legal, a recibir la visita del Ministerio Fiscal y del Juez, a la mediación con el ofendido, a sentirse seguros en el internamiento, al ocio, al deporte, a salir de permiso ordinario, extraordinario, de fin de semana o salidas programadas, el derecho a que en su puesta en libertad los inscribamos en recursos formativos o laborales, a tener una documentación..) todas estas son nuestras obligaciones. Lo primero que tiene que tener claro una institución es que se debe a los ciudadanos, que trabaja para ellos, incluso en un lugar de encierro como es el Centro de Educación e Internamiento. Nuestros deberes son muchos y muy distintos, desde la custodia porque están privados de libertad, al de ayudarles a encontrar un trabajo en el entorno actual de 4 millones de parados.
Algunos datos del 2008
Los adolescentes y jóvenes internos por orden judicial en el Centro de Juslibol, han sido 119 a lo largo del año 2008. El Centro tiene 69 plazas, aunque la media de ocupación diaria es de 50.
La edad más frecuente el año pasado fue de 16 años, lo que indica un descenso con respecto al año anterior que estaba en 17. El rango como ustedes saben es de los 14 a los 23 años. La Ley Orgánica 8/2006, rebaja esta edad hasta los 18-21 años momento en que puede revisarse el lugar más adecuado para proseguir el cumplimiento de la medida.
La población es mayoritariamente masculina aunque ha habido un aumento considerable de chicas internas en general muy jóvenes, con delitos de robo pero también de violencia intrafamiliar.
Si el robo con intimidación sigue siendo año tras año la causa mas frecuente para el internamiento, se va abriendo paso otra problemática más interna a las familias, en las que el maltrato y la agresión transita entre sus miembros, sin que ni padres ni hijos sepan cómo detenerla.
El Centro recibe órdenes de internamiento de todos los Juzgados de Menores de Aragón, y en casos de proximidad al domicilio del joven, de otras Comunidades Autónomas (Andalucía, Cataluña, Pais Vasco..). Se ejecutan medidas de internamiento cerrado, semiabierto, abierto, de fin de semana y de internamiento terapéutico.
Las medidas más frecuentes son de internamiento semiabierto. Pero ha habido un claro incremento de las medidas de internamiento terapéutico, suponiendo el 18,6 % del total (de 16 en 2007 a 36 a lo largo del año 2008) y de mayor duración. Esta tendencia al alza, nos indica la mayor fragilidad en que se encuentran los jóvenes a los que se le ha impuesto tal medida, ya que la mayoría sufren de las llamadas Patologías duales (trastornos de salud mental unido a consumo de tóxicos). Nos encontramos también con un hecho: la falta de recursos especializados en estas edades, unido a la precaria asunción por parte de los jóvenes de su problemática, tiene como efecto el pronto reingreso en el CEIMJ, por nuevos consumos en la puesta en libertad.
Para atender a estos jóvenes, el Centro dispone de dos Módulos de 6 plazas cada uno, y como marca la Ley se adapta la reglamentación y las actividades diarias a un modelo socioeducativo coordinado por el Equipo de Salud Mental del Centro. El Programa incluye la realización de diferentes talleres y actividades que inciden particularmente en los motivos que han llevado a los consumos de tóxicos, y en las dificultades relacionales del interno. El abordaje es interdisciplinar y personalizado.
Un 38% de los jóvenes ingresados en 2008 eran extranjeros. El número de menores procedentes de Marruecos ha seguido en aumento, 22, de los cuales 20 eran MENAS. Aunque el perfil del menor no acompañado es el de un varón entre quince y dieciocho años, que viene a España de forma voluntaria, o no, “a buscarse la vida”, también llegan a nuestras costas los menores que sufren de enfermedades mentales y el grupo de niños de la calle. El consumo de tóxicos es otra característica común: disolvente, alcohol y otras sustancias como el cannabis.
Todos quieren prepararse para realizar un oficio que les permita alcanzar el objetivo de su proyecto migratorio: trabajar de mecánico de coches, soldador, carpintero de madera,... La barrera idiomática y el bajo nivel de formativo es un serio obstáculo que se aborda en el Centro con cursos de alfabetización y adaptación curricular.
Mañana viernes, en la Mesa Redonda “Creando redes” nuestras compañeras del Área de Integración y Empleo les hablarán de las numerosas acciones que se llevan a cabo para conseguir un itinerario de inserción laboral adaptado a todos y cada uno de los jóvenes durante el internamiento y la libertad vigilada.
El equipo de profesionales
Desde hace 5 años, FAIM lleva la gestión educativa y residencial del Centro bajo una modalidad mixta, ya que la Dirección es del Gobierno de Aragón.
El equipo de FAIM en el Centro está formado por: 57 educadores, 4 coordinadores educativos, 11 profesionales técnicos, y 13 a cargo de los servicios residenciales.
Además, hay 5 profesores de música y 1 ceramista, que desarrollan a lo largo del año los talleres de expresión artística.
El Centro cuenta además, con 6 profesores del Departamento de Educación que imparten la formación reglada a lo largo del curso escolar, con 2 grupos de Educación Secundaria y 3 especialidades de PCPI, considerándose esta formación como Aula externa del IES Miguel de Molinos.
Otro equipo importante de personas, que dependen de la Dirección, es el Equipo de los Vigilantes de Seguridad del Centro.
Además, contamos con una Médico de Atención Primaria del Salud, que viene a pasar consulta una vez por semana y trabaja en colaboración con nuestros profesionales sanitarios.
El trabajo en red es ir a contracorriente de la época de fragmentación, más allá de la coordinación de lo interdisciplinar, se trata de una intervención y elaboración colectiva.
Para construir lo colectivo hay que renunciar a algo de lo individual, partir de lo que no sabemos para llegar a la responsabilidad compartida.
El concepto de acompañamiento en la práctica educativa, modifica las posiciones tanto del educador como del educando, implica el consentimiento del adulto a no ejercer de forma intrusiva el poder adjudicado a su función y encargo social.
Hoy se habla cada vez más de la pérdida de la autoridad y se hace mención de las problemáticas en los niños y adolescentes como síntomas de su falta. La adolescencia es una franja de edad creadora y rupturista que ensaya sin saber que lo hace, modalidades de satisfacción diferentes a las de la infancia, con el propio cuerpo, con los objetos y con los demás. Estos ensayos, en ocasiones corriendo riesgos en el ámbito de la salud, en adolescentes que carecen de un soporte referencial que les de seguridad, pueden concluir en situaciones complejas de las que tampoco saben separarse. La intervención judicial, es la mayoría de las veces, la forma de detener una cadena de actos peligrosos para ellos y los demás, de los que estos jóvenes no pueden dar cuenta.
No es lo mismo obedecer por temor al castigo que dejarse orientar. Se puede hablar de la necesidad de una orientación en la vida y cuando esto falta, resultan sujetos desorientados. Hoy el castigo casi no tiene efecto, no existe lo ejemplificador porque no se extraen consecuencias. Antes, autoridad y poder iban juntos pero esto ya no ocurre. Los niños y jóvenes de hoy -que se orientan más por el objeto, que buscan la información en Internet-, saben reconocer que la única garantía de la autoridad es el deseo. Muchos de sus rechazos son respuestas a un deseo muerto. En realidad, buscan despertar en el adulto el punto vivo pues necesitan la ayuda de una orientación.
El internamiento
Me han pedido que hable de “La norma y lo educativo”, y para ello espero que estemos de acuerdo en un principio: que todas las normas humanas son artificios, convenciones de una cultura. Es por ello que nos gusta viajar a otros lugares ya que cada grupo cultural tiene sus propias normas de comportamiento, y lo extraño tiene un poder de atracción y de rechazo peculiar.
Nuestro Centro se llamaba antes “Reformatorio” porque su intención era la de dar una forma adecuada a los sujetos desviados según la norma social. Y ello mediante innumerables normas internas que cumplir en un contexto de encierro.
El encierro es una situación incómoda, uno mismo no puede caminar libremente por cualquier espacio. Y hay dos experiencias ya en estos 5 años, la primera fue la de la institución antigua, con manojo de llaves que jamás había que perder de vista y que no todo el personal poseía. Cada pocos pasos una puerta cerrada que había que solicitar le abrieran a uno, o encontrar la llave adecuada. Y cerrar rigurosamente tras de sí. Nunca dos puertas abiertas a la vez. Esto tiene el efecto de un franqueamiento de los espacios minucioso, contabilizado. Por fin llegar al espacio para vivir, siempre reducido por fuerza, y los escasos espacios al aire libre, rodeados de muros.
Admitido que cada desplazamiento sería público, puesto que había que franquear un límite, pudimos introducir un pequeño cambio: nos someteríamos al ritual pero no se detendría el deseo, no había miedo tampoco insensatez: el hecho de no admitir el “hay peligro luego es necesaria la total seguridad”, resquebrajó el modo de vivir en la institución. Los técnicos iban a hablar con los jóvenes a todas horas: los clínicos, el trabajador social, la enfermera,.. los visitaban en cada una de las secciones. El trasiego comenzó en un lugar en el que antes había un aislamiento mortificante.
Con un poco más de empeño y el apoyo de la Dirección también los menores internos pudieron desplazarse. Los espacios empezaron a albergar a jóvenes de diferentes secciones.
Al año de entrar, comenzaron las clases de música en el Centro y aquél verano se organizó un concierto en el que actuó una banda de 60 músicos. Pasar los músicos con sus atriles y sillas, los clarinetes y bombos por las puertas de metal, el bullicio y la distancia mínima que se podía mantener con los internos.., aquella mañana la institución de reforma, se transformó un poco más.
La amenaza de motín, no se cumplió. En la medida en que disminuyó la desconfianza por el peligro que los menores suponían y se humanizaron las relaciones, el nivel de tensión disminuyó en todos los intervinientes. Los expedientes disciplinarios (penalidad por incumplir gravemente las normas) se han reducido en un 70%.
En verano de 2006, nos trasladamos al nuevo edificio. Ahora no hay llaves, todos los dispositivos de apertura y cierre son controlados por el equipo de seguridad y las cámaras. El nuevo centro está formado por 4 módulos, intercomunicados por un pasillo central, tiene doble muro de seguridad y alarmas electrónicas. Al ser un edificio “seguro”, la circulación en el interior es más libre, las aulas, los talleres, un pabellón deportivo, una piscina al aire libre...etc. son recursos para ser utilizados en pequeños grupos que se van alternando.
A pesar de todo, y de que el aspecto exterior es más duro, hemos conseguido hacer habitable esta institución. Hay también más espacios de intimidad que en el antiguo edificio, ya que existen despachos donde poder hablar sin cámaras y pudiendo mantener la puerta cerrada.
La normativa y lo singular
Al ingreso de un menor en el Centro se le entrega un breve documento explicativo de presentación sobre el lugar en el que se encuentra así como de sus derechos y deberes. En los primeros días de estancia, el Tutor que tiene asignado le explica detalladamente cuales son las reglas de conviencia y cómo se van a considerar los incumplimientos a ésta. La normativa interna, que se ajusta al marco legal de la L.O. 5/2000, está expuesta en los paneles informativos de cada Módulo y se revisa anualmente para ajustarla a las dinámicas cambiantes de la población atendida.
Nos dimos cuenta de que la Ley era más democrática que la norma, así que nos servimos de la referencia a la Ley, para cambiar la vida diaria. Nadie podía ir más allá, el límite empezaba por los propios profesionales que debían abstenerse de usar un poder autorizado, pero que puede llegar a ser abusivo.
El cambio, esperado y apoyado con entusiasmo por muchos, se ha ido produciendo poco a poco, midiendo el efecto para los educadores de cada decisión que los dejaba sin la protección de la rutina. Se trataba de poner el énfasis sobre lo particular de cada interno y de cada decisión. Si hay menos normas generales, hay que pensar más cada caso, hablar con los otros, tomar decisiones colectivas, tener hipótesis, asumir los efectos…es la co-responsabilidad.
La experiencia en el trabajo educativo desarrollado durante estos años nos ha mostrado que sólo aprende quien está expuesto a las consecuencias de sus actos. El procedimiento para reflejar y orientar la evolución de los menores, más cualitativo e individualizado para evaluar y orientar su comportamiento, se denomina Progresión Educativa.
La progresión tiene como objetivo evaluar el cumplimiento del Proyecto Educativo Individualizado y por tanto la reinserción social del menor. Es importante por ello concretar los objetivos a alcanzar y a evaluarlos con cada menor teniendo en cuenta:
  1. el motivo por el que está aquí
  2. sus características personales
  3. su adaptación a la vida comunitaria en la institución
  4. el itinerario de reinserción social en el exterior

Entendemos que debe haber objetivos generales para el conjunto de menores, así como objetivos diferenciados para cada fase del Proyecto Educativo, pero también que resulta necesario dar relevancia a los objetivos específicos, singulares, definidos para cada menor en su Proyecto. Se procurara la implicación activa del menor en la evaluación de su progresión o retroceso, con la participación activa en la redacción de objetivos y contratos.
Para conseguir todo esto contamos con Programas y talleres desarrollados todos los días del año por los profesionales del Centro, y con itinerarios individuales de inserción social y laboral que incluyen un Piso de Emancipación en el Módulo de Semiabierto.
El número total de salidas de todo tipo durante el 2008, ha sido de 2.640 y el porcentaje de “no retornos” del 0,8%, lo que avala nuestro planteamiento de que si hay un adecuado acompañamiento en el proceso, el joven responde también al compromiso.
Hacia una practica entre varios
La práctica entre varios en esta institución es asumir la incompletud de cada uno, y pedirle al otro que asuma su responsabilidad, su saber parcial, que tenga interrogantes. Cada nuevo ingreso es una incógnita sobre cómo va a ser su trayectoria en el tiempo en que va a estar con nosotros. Mantener el no-saber permite que cada interviniente suponga una oportunidad de encuentro terapéutico, debe haber muchas oportunidades y que sean diferentes. Pero biens orientados.
Es un tiempo crítico la proximidad del final de la medida. Aparece la angustia de nuevo en la forma de inquietud, y la desesperanza. Un empeoramiento que ahora el equipo es capaz de tratar con palabras. Hay algunos que han conseguido realizar una nueva elección y se han ido separando de la institución progresivamente saliendo a formarse o a trabajar en el exterior, haciendo la prueba de que pueden establecer lazos sociales diferentes, y que al llegar al final están situados de otra manera en relación a lo que desean.
Hay otros que van a necesitar más tiempo para comprender, van a volver a una familia que de nuevo los va a abandonar o los va a utilizar para delinquir. Necesitan más tiempo algunos para aceptar que un tratamiento, les va mejor que el disolvente, la cocaína o el alcohol, y que la cárcel de adultos no es el único dispositivo que les espera para conseguir parar.
Nuestro trabajo es hacer del internamiento una oportunidad para nuevos encuentros, una oferta de esa ayuda que tanto les cuesta pedir, un lugar de hospitalidad que posibilite a estos jóvenes frágiles tener una visión de ellos mismos de mayor valía.


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