jueves, 28 de mayo de 2015

Experiencia:


Casa d’infants: un servei especialitzat en intervenció familiar

N. Rodríguez, directora de la Unidad Territorial del Vallès Occidental, FASI

Butlletí d'Inf@ncia, nº. 86, 2015
D. de Benestar Social i Família. Generalitat de Catalunya

Original en catalán


Casa de niños: un servicio especializado en intervención familiar.
Entendemos que la familia es el contexto más deseable respecto a la crianza y la educación de los niños y adolescentes, puesto que es el elemento que mejor puede promover su desarrollo personal, social e intelectual y, además, la herramienta que habitualmente puede protegerlos mejor de varias situaciones de riesgo[1]

Así, la familia es el contexto más importante en el cual se dirimen las influencias socializadoras [2]

De acuerdo con la Ley 14/2010, en septiembre de 2010 se pone en marcha un proyecto piloto en fase experimental denominado Casas de niños. Es un servicio que hace una intervención de carácter preventivo a partir de programas de apoyo familiar[3] en el contexto de protección a la infancia.

Las Casas de niños son promovidas por la Dirección general de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA), con el apoyo de la Obra Socialla Caixa”, y se cede la gestión a la Fundación Acción Social Infancia (FASI).

El proyecto es revisado por técnicos expertos del Departamento de Bienestar Social y Familia, para garantizar que esté adaptado al nuevo marco legislativo que genera la Ley 14/2010.

Casas de niños es un programa de apoyo a familias en situación de riesgo social. Más concretamente, son familias que tienen niños a su cargo y que vienen derivados desde servicios sociales básicos (SSB) o servicios especializados de atención a la infancia y la adolescencia (SEAIA), puesto que los de ambas tipos son los equipos a los cuales la Administración asigna el trabajo en familias en riesgo de desamparo.

Por lo tanto, casa de niños es un recurso más que los SSB y los SEAIA pueden ofrecer a las familias con las cuales trabajan. Por esta razón, SSB y SEAIA en todo momento continúan haciendo el seguimiento de la
evolución familiar.

Es por eso que “hay que tener en cuenta que los servicios derivantes proponen un plan de trabajo a las familias para que lo desarrollen (en parte) en la casa de niños. Posteriormente, este plan se acaba de concretar y ampliar en la misma casa de niños. Si consideramos que el paso de las familias por la casa de niños tiene una temporalidad establecida, hay que estar constantemente coordinados con los servicios derivantes, para optimizar las intervenciones y compartir unos objetivos comunes con la familia. Ambos servicios tienen que trabajar por unos mismos objetivos y acompañar la familia
para lograrlos”[4].

Las familias atendidas en las casas de niños muestran dificultades para dar respuesta a las necesidades psicosocioemocionales de sus hijos e hijas, ya sea por la carencia de acceso a los recursos idóneos o por desconocimiento o aislamiento de la red social y comunitaria.

Este programa es innovador porque desarrolla una intervención comunitaria estratégica que promueve el desarrollo positivo de las habilidades parentales, y también un desarrollo adecuado de los niños y adolescentes que participan.

El planteamiento consiste a generar una nueva manera de atender los niños y adolescentes en riesgo social, en que, contando con la implicación y el trabajo que hay que hacer con sus familias, tarea que repercute en el ámbito comunitario, la familia es considerada como instancia mediadora entre el individuo y la comunidad.

Esta atención preventiva posibilita que cualquier niño o adolescente sea atendido integralmente
[5], trabajando codo con codo con la familia y con la participación del mismo niño, para evitar su institucionalización en caso de encontrarse en situación de riesgo social en algún momento de su vida. Y si, aún así, la institucionalización, por cuestiones de protección, se acaba
produciendo, también se garantiza que su duración sea la mínima imprescindible, con el fin de no desvincular el niño de su entorno habitual (se prevé un año máximo de intervención).

La base metodológica empleada por la FASI parte de la teoría general de sistemas, en que se trabajan las relaciones intrafamiliares con el objetivo de generar cambios significativos en algunos de los miembros para que estos cambios se redistribuyan a todo el sistema familiar y se genere un cambio todavía más poderoso en el bienestar de la familia y los niños que forman parte.

Para dar respuesta a todos los conceptos planteados anteriormente, Casas de niños ha desarrollado una línea de trabajo que considera tres tipologías de intervención diferenciadas:

Intervención residencial
Intervención intermitente
Intervención de apoyo
La intervención, básicamente, se lleva a cabo en la casa de niños.
La intervención se lleva a cabo tanto al hogar como la casa de niños.
La intervención se lleva a cabo al hogar y se evita cualquier cambio de rutina en la vida del niño o adolescente.
El profesional se desplaza, pero procura irrumpir el mínimo posible en la dinámica familiar cotidiana.
Esta tipología de intervención se utiliza en situaciones de riesgo moderado grave.

Se quiere generar una separación de las
dinámicas cotidianas empleadas al hogar familiar para ofrecer otro modelo de relación a la familia en su vida cotidiana.
Esta tipología de intervención se utiliza en situaciones de riesgo leve moderado, donde ya es aconsejable hacer una rotura de dinámicas disruptivas muy concretas e identificadas.
Esta tipología de intervención se utiliza en situaciones de riesgo social leve.
A pesar de que con este tipo de intervención se produce una
institucionalización del niño o joven, esta está sujeta a una duración
máxima de un año.
Se pretende hacer una intervención intensiva,
a la vez que se apuesta por la no separación
del núcleo familiar ni determinadas rutinas funcionales para el
desarrollo del niño o joven.
Se caracteriza para ser una intervención completamente
preventiva ante futuras
institucionalizaciones.

Respecto al funcionamiento de las casas de niños, se pretende que este sea un recurso que se asemeje tanto como sea posible a un hogar. Por esta razón:

     • El recurso dispone de un número de plazas reducido, con el fin de garantizar un acompañamiento de los profesionales que intervienen cercano a la familia.

     • Esta colaboración se caracteriza para ser voluntaria. Las familias que
participan en Casas de niños han accedido voluntariamente a hacerlo, con el fin de lograr la consecución de cambios que ellas mismas han propuesto.

    • Es indispensable la participación de la familia en la vida diaria de los niños que  participan, puesto que el objetivo es generar el cambio en el sistema relacional familiar y no en un miembro de la familia en particular.

Por lo tanto, las familias tienen acceso a todas las instalaciones de la casa de niños con el fin de que puedan establecer las mismas dinámicas intrafamiliares que ejercen en su domicilio.

En la FASI, la intervención familiar se fundamenta en la estructura siguiente:


1. Planificación de la intervención
inicialmente la familia empieza a participar en las casas de niños, a lo largo del primer mes los profesionales acuerdan encuentros periódicos con la familia, para planificar el trabajo que elaborarán juntamente en los cercanos seis meses. Por lo tanto, la familia tiene que analizar y exponer qué objetivos quiere trabajar a lo largo de este tiempo.

Por otro lado, los profesionales también exponen a la familia qué objetivos les proponen desde la misma Casa de niños, junto con el servicio derivante.

Se trata de hacer protagonista la familia de su proceso de cambio.

Se pide a las familias una valoración de su momento vital y de aquello que consideran más importante mejorar o cambiar. Se trabaja a partir de su percepción de la realidad. Por lo tanto, todos aquellos nuevos conocimientos y aprendizajes adquiridos a partir de la intervención introducida, los integrarán de una manera natural como un paso más en su proceso de cambio o aprendizaje.

Esta metodología facilita el proceso de responsabilización familiar ante las dificultades emergentes, en la medida de sus posibilidades, del momento en que se encuentran y de los aspectos que quieren mejorar.

Se estimula y se refuerza la idea de la responsabilidad en la construcción de la propia historia de vida.

Es un método que ayuda a estructurar el plan de trabajo con las mismas familias y definir por qué objetivos tiene más sentido empezar según la suyas necesidades.

2. Implementación de la intervención

Se trabaja a partir del aprendizaje significativo mediante el cual las familias pueden vincular sus conocimientos anteriores con los nuevos para dotarlos de coherencia, de acuerdo con su estructura cognitiva.

Por lo tanto, se entiende el aprendizaje como todo aquel conocimiento que se adquiere a partir de las cosas que nos suceden a la vida diaria.

El contexto de intervención que proporciona Casas de niños permite:

Por un lado, el aprendizaje a partir de un modelo imitativo, donde las familias pueden observar in situ la relación que los profesionales establecen con sus hijos para conocer modelos de relación nuevos y diferentes que los puedan ayudar a lograr una intervención más funcional y positiva ante el decurso cotidiano y la convivencia.

Ante la familia se abre un abanico de varias opciones de relación que podrá escoger y adaptar si las considera más oportunas dentro de su estilo educativo; le ofrecen diferentes alternativas respecto a las formas de relacionarse que se pueden emplear.

Una vez observadas y seleccionadas las opciones presentadas, las familias disponen de un espacio de tiempo para ponerlas en práctica, y también del asesoramiento de un profesional para debatir las potencialidades de sus actuaciones y fomentar la ejecución de una crianza positiva.

Por otro lado, el aprendizaje a partir de un modelo participativo, donde las familias puedan observar el comportamiento y las actitudes de sus hijos ante diferentes experiencias para después poder analizarlas con el profesional y para extrapolar las observaciones al establecimiento de métodos de relación, de acuerdo con la etapa de desarrollo de sus hijos, genera una mejor comprensión de las situaciones familiares emergentes según las etapas evolutivas correspondientes de los niños y jóvenes.

3. Evaluación de la intervención
Al final  de seis meses de estancia al servicio, las familias, con el acompañamiento de los profesionales, hacen una autoevaluación de su propio proceso, de forma que ellas mismas puedan valorar los aspectos que los cuesta más cambiar, los que han sido más fáciles y en qué grado van avanzando o no
en las diferentes áreas planteadas (objetivos del plan de mejora de los cuales han participado).

A partir de esta autoevaluación, la familia, junto con los profesionales, vuelve a planificar la intervención para los cercanos seis meses, si todas las partes lo cruzan conveniente.

Por todo el que hemos mencionado, Casas de niños plantea una metodología de intervención innovadora que facilita recursos porque las familias sean las protagonistas de su proceso de cambio.

Así, los cambios que emergen de este método de trabajo se integran y tienen sentido para las familias, como también tienen para los profesionales que intervienen.

Con referencia a los profesionales que intervienen, las casas de niños cuentan con equipos profesionales transdisciplinarios[6], compuestos por profesionales educadores sociales, psicólogos, pedagogos, trabajadores sociales y trabajadores familiares.

Dentro de estos perfiles, hay que hacer una mención especial a la figura del trabajador familiar, que es el primer golpe que este perfil laboral es reconocido dentro del ámbito residencial de la infancia.

El perfil del trabajador familiar nace ninguno en ochenta con el servicio de atención a domicilio. En aquel momento, el objetivo era atender unas necesidades muy concretas de la atención domiciliaria a familias con dificultades y/o problemas sociales (desestructuración familiar, enfermedad mental, tóxicos...) y posteriormente se incorporaron al ámbito de la gente mayor. En Cataluña, esta figura está incorporada desde sus inicios a los equipos de los servicios sociales básicos (SSB), y junto con el trabajador/a social y el educador/a social, realiza funciones de carácter preventivo, educativo, asistencial y socializador.

“Que aglutina varias disciplinas en forma transversal y que se encuentra por encima de todas estas; justo es decir que su ámbito de acción es superior al de cada una de las disciplinas.”

Ante esta realidad, en el momento de estructurar el equipo de profesionales idóneo para las casas de niños, se considera otorgar un espacio a este perfil, en la medida que es del ámbito social y puede enriquecer los equipos.

Su caracterización respecto al desarrollo de una intervención directa, tanto al domicilio familiar como las mismas casas de niños, tiene en cuenta el contexto comunitario que hace que este perfil constituya una parte indispensable del equipo educativo de las casas de niños.

En esta línea, para garantizar realmente la transdisciplinariedad de los equipos dentro de cada casa de niños, a lo largo de los últimos cuatro años la FASI ha promovido y promueve la sistematización de la metodología de intervención empleada a las casas de niños, así como la concreción de las funciones y tareas de cada perfil profesional. Se potencia generar una guía de intervención de funcionamiento interno en la cual queden recogidos y explicitados todos los procesos establecidos, y también las herramientas y estrategias que se llevan a cabo a lo largo de la intervención en familias.

Traducc.:SSB



[1] PALACIOS G., Jesús. La familia como contexto de desarrollo humano. Sevilla: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Sevilla, 1999. ISBN 84-472-0283.
[2] MACCOBY, @E. @E. “Los roles parentales en la socialización de los niños: Una visión histórica”. Psicología del Desarrollo, 28 (1992), pág. 1006-1017.
[3] Son aquellos que proporcionan apoyo emocional, instrumental y informacional a los padres, con el objetivo de promover el desarrollo humano y prevenir varios problemas familiares e infantiles”. A: WEISSBOURD, B.; KAGAN,
SL. “Familiy apoyo programs: Catalysts for change”. American Journal of Orthopsychiatry, 59 (1989), pág. 20-30.
[4] Comissió de seguiment del projecte Cases d’infants. Guia de procediments de funcionament. Setembre de 2013
[5] El desarrollo se puede entender como una trayectoria específica de intercambio entre los sistemas biológicos, psicológicos y sociales del ser humano y que generan continuidad, discontinuidad y cambio en sus características, los procesos y las funciones a lo largo de su ciclo vital (Bronfenbrenner y Evans, 2000; McCartney y Phillips, 2006)
[6] “Que aglutina varias disciplinas en forma transversal y que se encuentra por encima de todas estas; justo es decir que suámbito de acción es superior al de cada una de las disciplinas.”
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