miércoles, 25 de enero de 2012

Trastornos reactivos del vínculo en la primera infancia.

M. Sarlé i Gallart.

Del Master en Paidopsiquiatria, 2007/2009, de la UAB

“Sabemos que los bebés humanos nacen en un estado embrionario y que no pueden sobrevivir sin que un adulto se haga cargo de ellos. Su desarrollo físico y psíquico depende del trato que reciba de su entorno -los padres o sustitutos- y de la calidad, permanencia y constancia, de estos que serán quienes le darán la seguridad para establecer unas bases de desarrollo psíquico y funciones mentales básicas. Al bebé le es imprescindible alguien que le piense, que le desee y que haga una función de soporte de sus necesidades, ansiedades y de su “yo” en formación. Si no hay una figura parental que vaya dotando de sentido sus experiencias, difícilmente podrá desarrollarse.
Necesita un adulto que lo quiera, para ayudarle a ir realizando e integrando estas necesidades. Si no hay nadie que le sostenga, que tenga cuidado de él, que vaya presentando el mundo al niño poco a poco y sin violar su experiencia, permitiendo que le vaya descubriendo y que vaya ilusionándose, el bebé tendrá graves dificultades para ir configurando su estructura psíquica...”
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