III
Estudio sobre acoso escolar y ciberbullying según los afectados.
VV.AA. Coord.: B. Ballesteros.
Fundon. ANAR/ fundon. Mutua Madrileña, 2018
Fundon. ANAR/ fundon. Mutua Madrileña, 2018
El ciberacoso es un
fenómeno complejo de graves implicaciones psicosociales para los adolescentes
menores de edad. En su definición conceptual encontramos las características
que definen el acoso como son: la intencionalidad del agresor, el desequilibrio
de poder entre agresor y víctima y la reiteración de la violencia a lo largo
del tiempo. Pero además, el ciberacoso lleva intrínsecas preocupantes
características como son la posibilidad de realizar el acoso en cualquier
momento y desde cualquier lugar y la posibilidad de mantener el anonimato del
agresor, lo cual agrava el daño psicológico en la víctima.
Objetivo:
Conocer
la evolución del acoso escolar y del ciberbullying en el pasado año desde la
perspectiva del menor que lo sufre y el adulto que denuncia
Comparando
la situación con años anteriores.
Recomendaciones:
1. Desde la Fundación
Mutua Madrileña y la Fundación ANAR consideramos necesario detectar el bullying desde sus primeras etapas, ya que,
en sus inicios, pasa muchas veces inadvertido y por esta razón se perpetúa
y multiplica su intensidad y frecuencia.
2. La prevención es el elemento clave, y a la luz de este informe
identificamos que actualmente debería centrarse especialmente en las
víctimas más jóvenes, en edades más tempranas que están en vías de su
desarrollo emocional. Son éstas las que tienen menos recursos personales para
afrontar el problema y están expuestas desde una
mayor vulnerabilidad, con un mayor riesgo de sufrir aislamiento, ya que se
enfrentan a sus primeras experiencias de socialización.
3. Protocolo de carácter estatal contra la violencia escolar. Su fin
sería minimizar los daños cuando el acoso escolar es ya una realidad y
pretendería como objetivo saber cómo actuar y hacerlo de forma inmediata. Es
conveniente, reforzar y empoderar el papel de los profesores en la solución del
acoso escolar, dotando de medios y protocolos de actuación, que redundaría en
una mayor satisfacción de los padres.
4. Potenciar la figura del orientador escolar. Seguir la recomendación
de la UNESCO de que haya como mínimo un orientador por cada 250 alumnos,
lo que facilitaría realizar una labor preventiva en temas de violencia escolar.
Al mismo tiempo, el control y vigilancia se hace ineludible con el objeto de
limitar el número de lugares donde suceden las escenas de violencia. En
general, reforzar el control y el seguimiento del bullying es ahora incluso más
importante que antes, ya que nos encontramos con casos más normalizados,
cronificados y, en consecuencia, más difíciles de solucionar.
5. Sensibilización y toma de conciencia, promoviendo escuelas de padres y
madres. Puesto que cerca del 11% de los casos de bullying no son conocidos
por los padres y madres, es necesario promover formas para detectar más los
casos de violencia, más pronto y las víctimas puedan encontrar apoyo más
tempranamente y solución a su sufrimiento.
6. Promover actitudes como el respeto a los demás y valores humanos
que fortalezcan el trato solidario y de colectividad, tolerancia e igualdad,
dado que parece detectarse que los agresores son ahora más confiados y seguros
de su rol.
7. Los profesionales de
los centros escolares han de estar
dotados de formación especializada ante
esta materia. Destacamos la importancia de fomentar la responsabilidad
social colectiva desde el centro escolar ya que lo que pasa entre la víctima y
el acosador, se construye en el propio grupo y es el grupo el que tiene las
claves para modificar la situación.
8. Evaluación para todas las víctimas de acoso escolar de manera
sistemática: Observamos la necesaria valoración de los casos de víctimas de
este tipo de violencia, independientemente de que se valore un tratamiento
individualizado.
9. Reforzar y activar las actitudes de rechazo del acoso, y de apoyo al
acosador, por parte del grupo de compañeros de la clase. Las encuestas
realizadas el pasado año a alumnos y profesores que participaron en los
programas de prevención del bullying, realizados por la Fundación Mutua
Madrileña y la Fundación ANAR, indicaron que el 80% de los alumnos cree que la
movilización de los compañeros es una de las medidas más eficaces para frenar
el acoso.
6. Promover actitudes como el respeto a los demás y valores humanos
que fortalezcan el trato solidario y de colectividad, tolerancia e igualdad,
dado que parece detectarse que los agresores son ahora más confiados y seguros
de su rol.
7. Los profesionales de
los centros escolares han de estar
dotados de formación especializada ante
esta materia. Destacamos la importancia de fomentar la responsabilidad
social colectiva desde el centro escolar ya que lo que pasa entre la víctima y
el acosador, se construye en el propio grupo y es el grupo el que tiene las
claves para modificar la situación.
8. Evaluación para todas las víctimas de acoso escolar de manera
sistemática: Observamos la necesaria valoración de los casos de víctimas de
este tipo de violencia, independientemente de que se valore un tratamiento
individualizado.
9. Reforzar y activar las actitudes de rechazo del acoso, y de apoyo al
acosador, por parte del grupo de compañeros de la clase. Las encuestas
realizadas el pasado año a alumnos y profesores que participaron en los
programas de prevención del bullying, realizados por la Fundación Mutua
Madrileña y la Fundación ANAR, indicaron que el 80% de los alumnos cree que la
movilización de los compañeros es una de las medidas más eficaces para frenar
el acoso.
Resumen infográfico del informe