Modelo
de intervención socioeducativa para
mejorar el rendimiento académico de los adolescentes tutelados y residentes en
centros de protección.
Model d’intervenció socioeducativa per
millorar el rendiment acadèmic dels adolescents tutelats i residents en centres
de protecció.
A. Pérez Romero
Butlletí d’Inf@ncia, nº 102, 2017
D. de Treball,
Afers Socials i Famílies; Generalitat de Catalunya
Introducción
Año tras año, a pesar de las numerosas actuaciones educativas y de gestión que se llevan a cabo en los centros residenciales de acción educativa (desde ahora CRAE) , son muchos los y las adolescentes que no logran la titulación correspondiente al finalizar 4º de ESO; y es que, en términos generales, los resultados académicos que obtienen los/las jóvenes tutelados/as por la Administración pública resultan significativamente inferiores a los que consigue el resto de la población (Fullana, 1998; Martín, Muñoz de Bustillo, Rodríguez y Pérez, 2008; Montserrat y Casas, 2010; Montserrat, Casas, Malo y Bertrán, 2011 y Pérez Romero, 2016).
Año tras año, a pesar de las numerosas actuaciones educativas y de gestión que se llevan a cabo en los centros residenciales de acción educativa (desde ahora CRAE) , son muchos los y las adolescentes que no logran la titulación correspondiente al finalizar 4º de ESO; y es que, en términos generales, los resultados académicos que obtienen los/las jóvenes tutelados/as por la Administración pública resultan significativamente inferiores a los que consigue el resto de la población (Fullana, 1998; Martín, Muñoz de Bustillo, Rodríguez y Pérez, 2008; Montserrat y Casas, 2010; Montserrat, Casas, Malo y Bertrán, 2011 y Pérez Romero, 2016).
Son diversas las circunstancias que rodean a los adolescentes
que interfieren en su desarrollo integral y condicionan y van más allá de
variables puramente personales (Pérez Romero, 2015). Cuando abordamos la
situación académica de esta población hay que hacerlo desde una perspectiva
sistémica, teniendo en cuesta, además de al adolescente, los diferentes subsistemas
o dimensiones con los que mantiene relaciones bidireccionales que son claves
para comprender la situación y actuar en consecuencia. A partir de Pérez Romero
(2015), podemos concretar que los principales condicionantes del rendimiento académico
de los adolescentes tutelados y residentes en un CRAE se circunscriben a los
siguientes aspectos:
ü Bloqueo
emocional.
ü Nivel
deficitario de capacidades cognitivas.
ü Falta de
hábitos de estudio.
ü Baja
motivación y perseverancia.
ü Carencia
de competencias instrumentales básicas que se empiezan a adquirir en la
educación primaria.
ü Asistencia
irregular al centro formativo.
ü Bajas
expectativas tanto de los profesionales del CRAE como del centro de educativo
en relación a los resultados académicos de los/las adolescentes.
ü Comunicación
y coordinación deficitaria entre CRAE y centro de formación.
ü Cambios
frecuentes de centros educativos.
ü Ambiente y
clima del CRAE.
ü Falta de
rutinas sistematizadas de tiempos y espacios de estudio en el CRAE.
ü Falta de
personal educativo cualificado en el CRAE prar dar respuesta específica a las
necesidades especificas de los adolescentes en este ámbito.
ü Historia
familiar.
ü Relación
presente con la familia: expectativas negativas, falta de implicación, etc.
De acuerdo con los condicionamientos
anteriores, el modelo de intervención socioeducativa que presentamos tiene la
finalidad de contribuir a aumentar el rendimiento académico de los adolescentes
que se encuentran tutelados y residen en centros residenciales de acción
educativa de Cataluña desde dos ejes clave.
En primer lugar, como
se menciona antes , poniendo el énfasis en una visión sistémica, desde el punto
de vista de que la responsabilidad del desarrollo académico de los adolescentes
no recae únicamente en la figura de estos, sino que se tiene que analizar la
situación desde un punto de vista poliédrico conformado por las dimensiones concretadas
en el ideograma siguiente.
Dimensiones que conforman el modelo de intervención educativa
|
Desde una perspectiva sistémica, estas dimensiones forman pequeños subsistemas que interactúan entre sí creando diferentes realidades. Estas cuatro dimensiones se caracterizan, básicamente, por el gran dinamismo que experimentan constantemente por lo cual resulta obvio que cualquiera de estos cambios repercutirá directamente en los resultados globales. Esto quiere decir que el análisis de cada una de las dimensiones o subsistemas no se puede abordar de manera segregada, sino de acuerdo con la relación que mantienen con el resto de dimensiones, siendo conscientes que forman parte de un todo. Hay que añadir, además, que cada una de las cuatro dimensiones se comporta como un subsistema abierto. Esto significa que, de manera recurrente, intercambian información y, por lo tanto, reciben influencias de los diferentes contextos de interacción.
Todas estas premisas nos acercan a establecer un modelo en
el cual ha de haber corresponsabilidad de todos los agentes implicados en
el desarrollo académico de los adolescentes.
En segundo lugar, una visión de intervención educativa inclusiva
, puesto que el modelo aboga por articular todo un conjunto de acciones
adaptadas a las características y necesidades específicas de estos adolescentes
incluyendo, por lo tanto, a todos los
agentes implicados (profesorado, EAP, equipo educativo del CRAE,
adolescentes, familias...). Es decir, el modelo propuesto se fundamenta en el
logro de un sistema más equitativo basado en la personalización de las
intervenciones desde cada una de las dimensiones concretadas e interviniendo,
por lo tanto, en sus estructuras, funcionamiento y dinámicas.
El modelo que presentamos en el ideograma siguiente se
conforma a partir de tres fases claramente diferenciadas: diagnóstico,
desarrollo y evaluación. Así, estas fases están interrelacionadas con el fin de retroalimentarse y
fundamentar, en cada momento y con rigor, cada una de las decisiones que se
toman.
Ideograma del modelo sistémico e inclusivo de de intervención socioeducativa.
|
1. Fase
diagnóstica
El proceso de valoración diagnóstica se hace considerando que las cuatro dimensiones se mantienen, de manera permanente, en continua interacción; en consecuencia , las conductas y situaciones dan en cada una de las variables nucleares no se analizan separadamente , sino considerando que forman parte de un todo. A partir del análisis de las interacciones entre los diferentes subsistemas o variables nucleares, se irán identificando una serie de necesidades de intervención que reflejamos a continuación. Conviene destacar que la valoración diagnóstica se lleva a cabo partiendo de un proceso de descripción crítica de la realidad, para aproximarnos posteriormente más alto grado de objetividad posible.
El proceso de valoración diagnóstica se hace considerando que las cuatro dimensiones se mantienen, de manera permanente, en continua interacción; en consecuencia , las conductas y situaciones dan en cada una de las variables nucleares no se analizan separadamente , sino considerando que forman parte de un todo. A partir del análisis de las interacciones entre los diferentes subsistemas o variables nucleares, se irán identificando una serie de necesidades de intervención que reflejamos a continuación. Conviene destacar que la valoración diagnóstica se lleva a cabo partiendo de un proceso de descripción crítica de la realidad, para aproximarnos posteriormente más alto grado de objetividad posible.
Además, la evaluación de necesidades de intervención que se
plantea es un proceso liderado por los profesionales del CRAE que
busca, en todo momento, el compromiso y la corresponsabilidad de los
agentes perteneciente al resto de dimensiones.
A continuación se describen las principales variables
establecidas en cada una de las cuatro dimensiones de análisis.
A. Ámbito
de análisis del sistema CRAE.
ü Sistema contextual-organizativo: valoración de recursos
materiales, funcionales y humanos.
materiales, funcionales y humanos.
ü Sistema de comunicación y coordinación: valoración de los
mecanismos de comunicación y coordinación con el resto de dimensiones con las
cuales interactúa el CRAE.
ü Perfil de los educadores/as: valoración del perfil competencial
del personal educativo.
ü Expectativas de los educadores/oras: valoración de la mirada
y las expectativas de los profesionales en relación con los estudios de los/as
adolescentes.
ü Clima de convivencia al CRAE: valoración general del
ambiente de trabajo del centro y, específicamente, del momento y del espacio de
estudio.
B. Ámbito de análisis del centro educativo.
ü Sistema contextual-organizativo: valoración de los recursos
materiales, funcionales y humanos.
ü Sistema de comunicación y coordinación: evaluación del
sistema de comunicación y coordinación del CRAE con el centro
educativo y a la inversa.
ü Perfil del profesorado: valoración del profesional incluyendo
capacidad de implicación y flexibilidad del profesorado.
ü Expectativas del profesorado: valoración de la mirada y las
expectativas del profesorado en relación con los estudios de las/os
adolescentes.
ü Perfil de los jóvenes: perfil de las/os adolescentes (en
general) alumnos del centro educativo y la influencia potencial que pueden
ejercer sobre el adolescente del CRAE.
ü Clima de convivencia: valoración de las variables endógenas
y exógenas del contexto académico.
C. Ámbito de análisis del sistema familiar, En primer lugar, señalar que el análisis que proponemos se
tiene que desarrollar de manera colaborativa y cooperativa con
los EAIA (Equipos de Atención a la Infancia y la Adolescencia en
situación de riesgo), puesto que estos también intervienen de manera explícita
con las familias; y en segundo lugar, con los profesionales de referencia de la
DGAIA ( EFI , Equipos funcionales de caso).
ü Estructura familiar: se evalúa para conocer como puede
llegar a condicionar el desarrollo académico de el/la
adolescente.
ü Relaciones familiares: valoración para conocer la relación
que mantiene el/la adolescente con su familia.
ü Hábitos de vida cotidiana: identificar cómo es el desarrollo
familiar en el día a día, es decir, si tienen una organización coherente, si
siguen hábitos y rutinas mínimas y si disponen de un sistema de normas que
facilite su organización.
ü Expectativas en el adolescente: valoración de las expectativas de las familias en relación a las
posibilidades de logro de objetivos académicos de sus hijas/os.
ü Disposición de recursos personales y materiales: valoración de
la predisposición familiar al apoyo académico y de los recursos materiales y
personales necesarios.
ü Estructura familiar: se evalúa para conocer como puede
condicionar el desarrollo académico
D. Ámbito de análisis del sistema de la/el adolescente.
ü Historial académico: valoración del historial académico
desde la educación primaria con el fin de disponer de información suficiente y
útil para intervenir con rigor, de manera fundamentada y con garantías de
obtener los resultados esperados.
ü Motivaciones e intereses: identificación de cuál es la
predisposición hacia los estudios.
ü Expectativas, autoestima y autoconcepto: indagación en
la visión sobre los estudios que podrá llegar a lograr y la autoimagen que
muestra como estudiante.
ü Estado emocional-relacional: valorar el estado emocional y
relacional, indagando las causas que lo genera.
ü Hábitos de autonomía personal: Conocer las necesidades
vinculadas en los hábitos de autonomía personal (higiene, alimentarios, tiempos
de ocio, descanso, etc.) y su organización personal.
ü Balance de competencias: valoración del grado de desarrollo
de competencias instrumentales básicas.
2. Fase de intervención socioeducativa
De acuerdo con la evaluación diagnóstica efectuada, la intervención
De acuerdo con la evaluación diagnóstica efectuada, la intervención
socioeducativa a
realizar tiene que ir dirigida a incidir en las cuatro dimensiones que
conforman el sistema planteado desde una visión
sistémica e
inclusiva y, en consecuencia, tiene que intervenir en la organización y el funcionamiento
de cada una de estas.
A. Ámbito de análisis de sistema del CRAE
En este punto hacemos referencia a la intervención que lleva a cabo el CRAE en su propia organización a partir de una práctica sistemática, sustanciada en un protocolo claro y concreto del apoyo académico del adolescente e incluyendo clarificación y dinamización de los siguientes elementos:
En este punto hacemos referencia a la intervención que lleva a cabo el CRAE en su propia organización a partir de una práctica sistemática, sustanciada en un protocolo claro y concreto del apoyo académico del adolescente e incluyendo clarificación y dinamización de los siguientes elementos:
ü Concreción de las funciones del equipo educativo en este
ámbito.
ü Asignación de personal educativo (estable) al espacio de
deberes.
ü Previsión de personal voluntario para apoyar al equipo
educativo (si se determina)
ü Previsión del perfil profesional de psicopedagogía para
gestionar el espacio de deberes y apoyar al equipo educativo.
ü Facilitar espacios tranquilos y normalizados.
ü Establecimiento de horarios de estudios sistematizados (preferiblemente
pactados con el adolescente).
ü Registro de acciones realizadas en el espacio de deberes.
ü Previsión del material educativo de apoyo.
ü Establecimiento de un protocolo de comunicación y
coordinación con el centro educativo y con la familia.
B. Ámbito de análisis del sistema educativo (institutos y centros de formación).
Inicialmente, el CRAE organiza la intervención con centro educativo/formación para establecer contacto que facilite la información relacionada con la situación que rodea el adolescente, el conocimiento recíproco de ambas instituciones y el fomento de la colaboración. En estos primeros contactos se tiene que transmitir información relacionada con:
ü Qué es, como funciona y qué profesionales trabajan en
un CRAE.
ü El historial académico e, incluso, posibilitar que el nuevo
centro educativo pueda establecer contacto con el profesorado del antiguo
centro académico para profundizar en los aspectos que crea convenientes.
ü Acordar como se llevará a cabo la comunicación y la
coordinación entre ambos recursos.
ü Intercambiar información sobre las acciones que regulan la
convivencia en los dos recursos.
Posteriormente, la actuación
propuesta tiene la finalidad de establecer y coordinar un plan de intervención
con el/la adolescente que incorpore hábitos y técnicas de estudio, elementos
curriculares y cumplimiento del sistema de comunicación y coordinación acordado
con el contexto educativo.
Finalmente, destacamos el seguimiento que el CRAE realiza de la evolución académica, que incluye el intercambio de información y de pautas educativas que ayuden a mejorar su rendimiento en el estudio. Este seguimiento tiene que ser sistemático, siguiendo los acuerdos tomados al inicio de los contactos. En este proceso abogamos por establecer, como mínimo, tres reuniones presenciales entre el CRAE y el centro educativo/de formación.
C. Ámbito de análisis de sistema familiar (siempre en función del interés superior de la/el
adolescente)
La intervención con la familia se dirige, en primer lugar, a trabajar la predisposición en la colaboración de apoyo académico, es decir, a mostrar una actitud favorable y a que perciba la utilidad de los estudios en el desarrollo global de su hijo o hija
La intervención con la familia se dirige, en primer lugar, a trabajar la predisposición en la colaboración de apoyo académico, es decir, a mostrar una actitud favorable y a que perciba la utilidad de los estudios en el desarrollo global de su hijo o hija
En segundo lugar, la intervención se encamina a orientar la familia en cómo dar apoyo académico a el/la adolescente, siempre dentro de sus posibilidades, tanto desde el punto de vista de la organización como de sus capacidades psicopedagógicas.
En tercer lugar se
busca la implicación activa de la familia en el instituto o centro de
formación, con asistencia a las reuniones y que reciba información de manera
sistemática sobre la evolución académica de su hijo/a.
D. Ámbito de análisis del sistema de el /la adolescente.
En una primera fase, la prioridad del CRAE es, considerando las necesidades de aprendizaje que muestra el joven y su situación en cada uno de los ámbitos de desarrollo, conseguir que muestre un estado emocional que lo sitúe en condiciones de encarar situaciones de aprendizaje. Es capital trasladarle la idea de que los estudios permiten la participación activa en la sociedad, pueden ayudar a aceptar la situación personal, sociofamiliar y de convivencia y que, además, representan una puerta de entrada al mercado laboral.
En una primera fase, la prioridad del CRAE es, considerando las necesidades de aprendizaje que muestra el joven y su situación en cada uno de los ámbitos de desarrollo, conseguir que muestre un estado emocional que lo sitúe en condiciones de encarar situaciones de aprendizaje. Es capital trasladarle la idea de que los estudios permiten la participación activa en la sociedad, pueden ayudar a aceptar la situación personal, sociofamiliar y de convivencia y que, además, representan una puerta de entrada al mercado laboral.
Posteriormente, el
eje de intervención se orienta a la optimización de las capacidades cognitivas
(atención, concentración, memoria, etc.). El equipo educativo tiene que
proporcionar, directa e indirectamente, técnicas para concienciar a
la /el adolescente de la tarea que está realiza a fin de que pueda
detectar el momentos de desconcentración y, así, volver de nuevo a ella. Somos
conscientes que este control no es fácil, y menos todavía con el perfil de
algunos/as adolescentes que residen en centros de protección; pero es del todo
imprescindible tomar conciencia de esta premisa puesto que, en caso contrario,
se puede ser que el/la joven dedique un tiempo importante a estudiar, hacer
deberes y trabajos pero que los resultados no sean los esperados, induciendo a
la desvalorización de su imagen y al rechazo total de los estudios.
La segunda fase de
intervención está relacionada propiamente con el apoyo académico, poniendo una
especial atención en las funciones siguientes:
ü Planificar la intervención con el/la adolescente, dejando
poco espacio a la improvisación.
ü Cuidar el lugar de estudio, ser un espacio tranquilo, sin
estímulos que puedan distraer la atención y que sea confortable.
ü Apoyar a la/el adolescente para la planificación del tiempo
diario de estudio y de las tareas a realizar, potenciando su autonomía y
responsabilidad en este aspecto.
ü Enseñar a tomar apuntes en clase, extraer y reflejar de
forma coherente y lógica el contenido elemental, y señalar la necesidad de que
los apuntes estén limpios y se puedan leer correctamente.
ü Facilitar técnicas de estudio que mejoren el aprendizaje.
ü Apoyar en los contenidos curriculares poniendo énfasis en la
funcionalidad y significado de los aprendizajes y su memoria comprensiva.
ü Evaluación continua para identificar tanto necesitados de
aprendizaje, potencialidades a valorar para que adolescente sea consciente,
como elementos objeto de ser mejorados.
ü Búsquedas de recursos externos necesarios para satisfacer
necesidades específicas del aprendizaje a las que no se pueda dar respuesta
desde el centro residencial.
Hay que destacar que
las dos fases de intervención se planifican para que constantemente se fomente
la autonomía, la iniciativa y la responsabilidad de la/el joven en su
desarrollo académico.
3. Fase de evaluación de la
intervención socioeducativa.
La evaluación continua que proponemos en el modelo permitirá a los profesionales del CRAE hacer una valoración alrededor del desarrollo académico del adolescente, con el fin de obtener información del proceso (en las cuatro dimensiones), identificar aspectos susceptibles de ser mejorados y concretar elementos que hay que mantener o potenciar.
La evaluación continua que proponemos en el modelo permitirá a los profesionales del CRAE hacer una valoración alrededor del desarrollo académico del adolescente, con el fin de obtener información del proceso (en las cuatro dimensiones), identificar aspectos susceptibles de ser mejorados y concretar elementos que hay que mantener o potenciar.
Será liderada por el
equipo educativo del CRAE, el cual se encargará de dinamizarla y
supervisarla para que obedezca a su naturaleza y consiga la finalidad
propuesta.
Hay que añadir que la
evaluación planteada valorará de manera continua la
intervención socioeducativa que se realiza en los cuatro subsistemas
establecidos.
Así pues, hay que
hacer mención específica que la evaluación que planteamos en el modelo
sistémico y inclusivo se caracteriza por estos tres aspectos:
Continua: permanentemente se realiza una evaluación del proceso de
intervención socioeducativa de las cuatro dimensiones establecidas.
Criterial: la evaluación se realiza según unos criterios perfectamente
explicitados que facilitan poder filtrar la información y dan rigor a todo el
proceso.
Transformadora: la evaluación busca la finalidad de conocer, interpretar y
comprender la información obtenida para establecer medidas que ayuden a mejorar
la realidad de las cuatro dimensiones establecidas.
Ámbito de análisis del CRAE
Las categorías de análisis identificadas hacen referencia a:
Las categorías de análisis identificadas hacen referencia a:
ü Vínculo con el/la adolescente: valoración de la relación
afectiva de los miembros del equipo educativo con el/la joven.
ü Expectativas en el adolescente: valoración de la percepción
del equipo educativo en relación con las posibilidades de completar los
estudios, perspectivas de futuro, etc.
ü Interés/implicación: valoración del grado apoyo e
implicación del equipo educativo en el desarrollo académico de la/el adolescente.
ü Organización del apoyo académico: valoración del espacio destinado
a estudio y tareas, el material de apoyo, el desarrollo de las funciones del
equipo educativo, etc.
B. Ámbito de análisis del sistema educativo (institutos y centros de formación)
La evaluación planteada se realiza de acuerdo con las categorías de análisis siguientes:
ü Vínculo con el/la adolescente: valoración de la evolución de
la relación afectiva del profesorado con el/la joven.
ü Expectativas en el adolescente: valoración de la percepción
del profesorado en relación con las posibilidades de completar los
estudios, perspectivas de futuro , etc.
ü Interés/implicación: valoración del grado apoyo e
implicación del profesorado en el desarrollo académico de la /el adolescente.
ü Organización del apoyo académico: valoración del espacio de clase,
del desarrollo de las posibles adaptaciones (PINO), del material de apoyo, de
las competencias del profesorado, etc.
C. Ámbito
de análisis del sistema familiar (siempre en función del interés
superior del menor)
El modelo que presentamos aboga para establecer las categorías de análisis siguientes:
El modelo que presentamos aboga para establecer las categorías de análisis siguientes:
ü Vínculo
con el adolescente: valoración de la evolución de la relación afectiva de la
familia con su hijo/a.
ü Expectativas
en el adolescente: valoración de la percepción de la familia en relación con
las posibilidades de completar los estudios, perspectivas de futuro, etc.
ü Interés /
implicación: valoración de las muestras de preocupación y de la predisposición.
ü Organización
familiar (sobre todo en caso de permisos familiares con pernoctación): valorar
como están organizando el apoyo académico al núcleo familiar, de las pautas de
convivencia, del cumplimiento de horarios , etc.
ü Comunicación/coordinación:
valoración de la comunicación con el CRAE y el centro educativo,
participación en reuniones en el centro educativo, etc.
D. Ámbito
de análisis de la/el adolescente
La evaluación realizada directamente sobre el desarrollo académico del adolescente prevé, entre otros, las categorías de análisis siguientes:
La evaluación realizada directamente sobre el desarrollo académico del adolescente prevé, entre otros, las categorías de análisis siguientes:
ü Vinculo:
valoración de la evolución del vínculo de la/el joven con los profesionales
(CRAE y centro educativo) y su familia.
ü Expectativas
de la/el adolescente: valoración de la autopercepción en relación con
las posibilidades de completar los estudios, perspectivas de futuro , etc.
ü Autoestima/autoconcepto: valoración de la autopercepción de la propia
imagen, el valor que le mujer y las consecuencias que se derivan.
ü Organización
del apoyo académico: valoración de la implicación y la responsabilidad, de los
hábitos de estudio, la forma de organización, etc.
ü Objetivos
académicos: grado de logro de los objetivos académicos, factores de riesgo y de
protección, etc.
Conclusiones
Se ha de remarcar la importancia de plantear un modelo como el que ha sido propuesto, puesto que aleja la idea pretérita relacionada con el hecho de centralizar únicamente en el/la adolescente las causas del rendimiento académico, sin tomar en consideración, en su justa medida, otras variables que también influyen directamente. Así, el modelo engloba de manera integral las diferentes dimensiones que influyen en el rendimiento académico tomando en consideración las interrelaciones que se producen y estableciendo líneas claras de intervención socioeducativa.
Se ha de remarcar la importancia de plantear un modelo como el que ha sido propuesto, puesto que aleja la idea pretérita relacionada con el hecho de centralizar únicamente en el/la adolescente las causas del rendimiento académico, sin tomar en consideración, en su justa medida, otras variables que también influyen directamente. Así, el modelo engloba de manera integral las diferentes dimensiones que influyen en el rendimiento académico tomando en consideración las interrelaciones que se producen y estableciendo líneas claras de intervención socioeducativa.
Es importante subrayar que, a partir de la comprensión
y dominio del modelo, cada CRAE lo tendrá que adaptar a sus
realidades a fin de que pueda responder de manera eficiente a las necesites
pera las cuales se elabora.
Original en catalán
Traducc. S.S.B.