M. Hernanz Ruiz
Rev. Asoc. Esp. Neuropsiquiatría, Vol 35, nº 126, 2015.
La adolescencia es una época
especialmente sensible a experimentar nuevas vivencias. Busca nuevos retos que
le acerquen a una mayor comprensión de si mismo. Quiere ver han dicho una y
otra vez que no le va bien hacerlo o que no le conviene. Un movimiento hacia la
búsqueda de nuevos retos, le va a llevar a realizar diferentes actividades.
Unas podríamos decir que responderán a un deseo autentico por avanzar, por
hacer aquello que piensa que le hará ser o estar mejor, que le acerque a ese ideal
con el que ha soñado. Así aceptará o se propondrá retos de mejora por ejemplo
de su estado corporal o de su desarrollo intelectual o cultural queriendo
aprender sobre un área de interés o tratando de resolver ecuaciones o
acertijos. En otras ocasiones ante estos nuevos retos, se puede sentir incapaz
de poder afrontarlos de forma adecuada y su actitud lejos de ser valiente, o
progresiva, será más bien una actitud que podríamos calificar de regresiva, Es
decir tendrá comportamientos ya superados que en su día fueron útiles y
adaptativos pero que ahora no lo van a ser de una forma clara, sino que por el
contrario le van a enlentecer en su desarrollo.