Casa d’infants: un servei especialitzat en intervenció familiar
N. Rodríguez, directora de la
Unidad Territorial del Vallès Occidental, FASI
Butlletí d'Inf@ncia, nº. 86, 2015
Original en catalán
Casa de niños: un servicio especializado en intervención familiar.
Entendemos
que la familia es el contexto más deseable respecto a la crianza y la educación
de los niños y adolescentes, puesto que es el elemento que mejor puede promover
su desarrollo personal, social e intelectual y, además, la herramienta que
habitualmente puede protegerlos mejor de varias situaciones de riesgo[1].
Así, la
familia es el contexto más importante en el cual se dirimen las influencias socializadoras
[2]
De
acuerdo con la Ley
14/2010, en septiembre de 2010 se pone en marcha un proyecto piloto en fase experimental
denominado Casas de niños. Es un servicio que hace una intervención de carácter
preventivo a partir de programas de apoyo familiar[3] en el contexto de protección a la
infancia.
Las Casas
de niños son promovidas por la
Dirección general de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA),
con el apoyo de la Obra
Social “la
Caixa ”, y se cede la gestión a la Fundación Acción
Social Infancia (FASI).
El
proyecto es revisado por técnicos expertos del Departamento de Bienestar Social
y Familia, para garantizar que esté adaptado al nuevo marco legislativo que
genera la Ley
14/2010.
Casas de
niños es un programa de apoyo a familias en situación de riesgo social. Más concretamente,
son familias que tienen niños a su cargo y que vienen derivados desde servicios
sociales básicos (SSB) o servicios especializados de atención a la infancia y
la adolescencia (SEAIA), puesto que los de ambas tipos son los equipos a los
cuales la
Administración asigna el trabajo en familias en riesgo de
desamparo.
Por lo
tanto, casa de niños es un recurso más que los SSB y los SEAIA pueden ofrecer a
las familias con las cuales trabajan. Por esta razón, SSB y SEAIA en todo
momento continúan haciendo el seguimiento de la
evolución familiar.
evolución familiar.
Es por
eso que “hay que tener en cuenta que los servicios derivantes proponen un plan
de trabajo a las familias para que lo desarrollen (en parte) en la casa de
niños. Posteriormente, este plan se acaba de concretar y ampliar en la misma
casa de niños. Si consideramos que el paso de las familias por la casa de niños
tiene una temporalidad establecida, hay que estar constantemente coordinados
con los servicios derivantes, para optimizar las intervenciones y compartir
unos objetivos comunes con la familia. Ambos servicios tienen que trabajar por
unos mismos objetivos y acompañar la familia
para lograrlos”[4].
Las familias atendidas en las casas de niños muestran dificultades para dar respuesta a las necesidades psicosocioemocionales de sus hijos e hijas, ya sea por la carencia de acceso a los recursos idóneos o por desconocimiento o aislamiento de la red social y comunitaria.
para lograrlos”[4].
Las familias atendidas en las casas de niños muestran dificultades para dar respuesta a las necesidades psicosocioemocionales de sus hijos e hijas, ya sea por la carencia de acceso a los recursos idóneos o por desconocimiento o aislamiento de la red social y comunitaria.
Este
programa es innovador porque desarrolla una intervención comunitaria
estratégica que promueve el desarrollo positivo de las habilidades parentales,
y también un desarrollo adecuado de los niños y adolescentes que participan.
El
planteamiento consiste a generar una nueva manera de atender los niños y
adolescentes en riesgo social, en que, contando con la implicación y el trabajo
que hay que hacer con sus familias, tarea que repercute en el ámbito comunitario,
la familia es considerada como instancia mediadora entre el individuo y la
comunidad.
Esta atención preventiva posibilita que cualquier niño o adolescente sea atendido integralmente [5], trabajando codo con codo con la familia y con la participación del mismo niño, para evitar su institucionalización en caso de encontrarse en situación de riesgo social en algún momento de su vida. Y si, aún así, la institucionalización, por cuestiones de protección, se acaba
produciendo, también se garantiza que su duración sea la mínima imprescindible, con el fin de no desvincular el niño de su entorno habitual (se prevé un año máximo de intervención).
La base metodológica
empleada por la FASI
parte de la teoría general de sistemas, en que se trabajan las relaciones intrafamiliares
con el objetivo de generar cambios significativos en algunos de los miembros
para que estos cambios se redistribuyan a todo el sistema familiar y se genere un
cambio todavía más poderoso en el bienestar de la familia y los niños que
forman parte.
Para dar
respuesta a todos los conceptos planteados anteriormente, Casas de niños ha desarrollado
una línea de trabajo que considera tres tipologías de intervención
diferenciadas:
Intervención
residencial
|
Intervención
intermitente
|
Intervención
de apoyo
|
La intervención,
básicamente, se lleva a cabo en la casa de niños.
|
La
intervención se lleva a cabo tanto al hogar como la casa de niños.
|
La
intervención se lleva a cabo al hogar y se evita cualquier cambio de rutina en
la vida del niño o adolescente.
El profesional
se desplaza, pero procura irrumpir el mínimo posible en la dinámica familiar
cotidiana.
|
Esta
tipología de intervención se utiliza en situaciones de riesgo moderado grave.
Se quiere generar una separación de las dinámicas cotidianas empleadas al hogar familiar para ofrecer otro modelo de relación a la familia en su vida cotidiana. |
Esta
tipología de intervención se utiliza en situaciones de riesgo leve moderado, donde ya es aconsejable hacer una rotura de dinámicas disruptivas muy
concretas e identificadas.
|
Esta
tipología de intervención se utiliza en situaciones de riesgo social leve.
|
A pesar
de que con este tipo de intervención se produce una
institucionalización del niño o joven, esta está sujeta a una duración máxima de un año. |
Se
pretende hacer una intervención intensiva,
a la vez que se apuesta por la no separación del núcleo familiar ni determinadas rutinas funcionales para el desarrollo del niño o joven. |
Se
caracteriza para ser una intervención completamente
preventiva ante futuras institucionalizaciones. |
Respecto al funcionamiento de las casas de niños, se pretende que este sea un recurso que se asemeje tanto como sea posible a un hogar. Por esta razón:
• El recurso dispone de un número de plazas reducido, con el fin de garantizar un acompañamiento de los profesionales que intervienen cercano a la familia.
• Esta colaboración se caracteriza para ser voluntaria. Las familias que
participan en Casas de niños han accedido voluntariamente a hacerlo, con el fin de lograr la consecución de cambios que ellas mismas han propuesto.
• Es indispensable la participación de la familia en la vida diaria de los niños que participan, puesto que el objetivo es generar el cambio en el sistema relacional familiar y no en un miembro de la familia en particular.
Por lo
tanto, las familias tienen acceso a todas las instalaciones de la casa de niños
con el fin de que puedan establecer las mismas dinámicas intrafamiliares que
ejercen en su domicilio.
En la FASI , la intervención
familiar se fundamenta en la estructura siguiente:
1. Planificación
de la intervención
inicialmente la familia empieza a participar en las casas de niños, a lo largo del primer mes los profesionales acuerdan encuentros periódicos con la familia, para planificar el trabajo que elaborarán juntamente en los cercanos seis meses. Por lo tanto, la familia tiene que analizar y exponer qué objetivos quiere trabajar a lo largo de este tiempo.
inicialmente la familia empieza a participar en las casas de niños, a lo largo del primer mes los profesionales acuerdan encuentros periódicos con la familia, para planificar el trabajo que elaborarán juntamente en los cercanos seis meses. Por lo tanto, la familia tiene que analizar y exponer qué objetivos quiere trabajar a lo largo de este tiempo.
Por otro
lado, los profesionales también exponen a la familia qué objetivos les proponen
desde la misma Casa de niños, junto con el servicio derivante.
Se trata de hacer protagonista la familia de su proceso de cambio.
Se pide a
las familias una valoración de su momento vital y de aquello que consideran más
importante mejorar o cambiar. Se trabaja a partir de su percepción de la
realidad. Por lo tanto, todos aquellos nuevos conocimientos y aprendizajes
adquiridos a partir de la intervención introducida, los integrarán de una
manera natural como un paso más en su proceso de cambio o aprendizaje.
Esta metodología facilita el proceso de responsabilización familiar ante las
dificultades emergentes, en la medida de sus posibilidades, del momento en que
se encuentran y de los aspectos que quieren mejorar.
Se
estimula y se refuerza la idea de la responsabilidad en la construcción de la
propia historia de vida.
Es un método que ayuda a estructurar el plan de trabajo con las mismas familias y definir por qué objetivos tiene más sentido empezar según la suyas necesidades.
Es un método que ayuda a estructurar el plan de trabajo con las mismas familias y definir por qué objetivos tiene más sentido empezar según la suyas necesidades.
2. Implementación de la intervención
Se trabaja a partir del aprendizaje significativo mediante el cual las familias pueden vincular sus conocimientos anteriores con los nuevos para dotarlos de coherencia, de acuerdo con su estructura cognitiva.
Por lo
tanto, se entiende el aprendizaje como todo aquel conocimiento que se adquiere
a partir de las cosas que nos suceden a la vida diaria.
El contexto de intervención que proporciona Casas de niños permite:
El contexto de intervención que proporciona Casas de niños permite:
Por un
lado, el aprendizaje a partir de un modelo imitativo, donde las familias pueden
observar in situ la relación que los profesionales establecen con sus hijos para
conocer modelos de relación nuevos y diferentes que los puedan ayudar a lograr
una intervención más funcional y positiva ante el decurso cotidiano y la
convivencia.
Ante la
familia se abre un abanico de varias opciones de relación que podrá escoger y
adaptar si las considera más oportunas dentro de su estilo educativo; le ofrecen
diferentes alternativas respecto a las formas de relacionarse que se pueden
emplear.
Una vez
observadas y seleccionadas las opciones presentadas, las familias disponen de un
espacio de tiempo para ponerlas en práctica, y también del asesoramiento de un
profesional para debatir las potencialidades de sus actuaciones y fomentar la
ejecución de una crianza positiva.
Por otro
lado, el aprendizaje a partir de un modelo participativo, donde las familias
puedan observar el comportamiento y las actitudes de sus hijos ante diferentes
experiencias para después poder analizarlas con el profesional y para extrapolar
las observaciones al establecimiento de métodos de relación, de acuerdo con la
etapa de desarrollo de sus hijos, genera una mejor comprensión de las
situaciones familiares emergentes según las etapas evolutivas correspondientes
de los niños y jóvenes.
3. Evaluación de la intervención
Al final de seis meses de estancia al servicio, las familias, con el acompañamiento de los profesionales, hacen una autoevaluación de su propio proceso, de forma que ellas mismas puedan valorar los aspectos que los cuesta más cambiar, los que han sido más fáciles y en qué grado van avanzando o no
en las diferentes áreas planteadas (objetivos del plan de mejora de los cuales han participado).
A partir
de esta autoevaluación, la familia, junto con los profesionales, vuelve a planificar
la intervención para los cercanos seis meses, si todas las partes lo cruzan
conveniente.
Por todo
el que hemos mencionado, Casas de niños plantea una metodología de intervención
innovadora que facilita recursos porque las familias sean las protagonistas de
su proceso de cambio.
Así, los
cambios que emergen de este método de trabajo se integran y tienen sentido para
las familias, como también tienen para los profesionales que intervienen.
Con
referencia a los profesionales que intervienen, las casas de niños cuentan con
equipos profesionales transdisciplinarios[6], compuestos por
profesionales educadores sociales, psicólogos, pedagogos, trabajadores sociales
y trabajadores familiares.
Dentro de
estos perfiles, hay que hacer una mención especial a la figura del trabajador
familiar, que es el primer golpe que este perfil laboral es reconocido dentro
del ámbito residencial de la infancia.
El perfil
del trabajador familiar nace ninguno en ochenta con el servicio de atención a
domicilio. En aquel momento, el objetivo era atender unas necesidades muy
concretas de la atención domiciliaria a familias con dificultades y/o problemas
sociales (desestructuración familiar, enfermedad mental, tóxicos...) y
posteriormente se incorporaron al ámbito de la gente mayor. En Cataluña, esta figura
está incorporada desde sus inicios a los equipos de los servicios sociales
básicos (SSB), y junto con el trabajador/a social y el educador/a social,
realiza funciones de carácter preventivo, educativo, asistencial y socializador.
“Que aglutina varias disciplinas en forma transversal y que se encuentra por encima de todas estas; justo es decir que su ámbito de acción es superior al de cada una de las disciplinas.”
Ante esta realidad, en el momento de estructurar el equipo de profesionales idóneo para las casas de niños, se considera otorgar un espacio a este perfil, en la medida que es del ámbito social y puede enriquecer los equipos.
“Que aglutina varias disciplinas en forma transversal y que se encuentra por encima de todas estas; justo es decir que su ámbito de acción es superior al de cada una de las disciplinas.”
Ante esta realidad, en el momento de estructurar el equipo de profesionales idóneo para las casas de niños, se considera otorgar un espacio a este perfil, en la medida que es del ámbito social y puede enriquecer los equipos.
Su
caracterización respecto al desarrollo de una intervención directa, tanto al
domicilio familiar como las mismas casas de niños, tiene en cuenta el contexto
comunitario que hace que este perfil constituya una parte indispensable del
equipo educativo de las casas de niños.
En esta
línea, para garantizar realmente la transdisciplinariedad de los equipos dentro
de cada casa de niños, a lo largo de los últimos cuatro años la FASI ha promovido y promueve
la sistematización de la metodología de intervención empleada a las casas de
niños, así como la concreción de las funciones y tareas de cada perfil
profesional. Se potencia generar una guía de intervención de funcionamiento interno
en la cual queden recogidos y explicitados todos los procesos establecidos, y
también las herramientas y estrategias que se llevan a cabo a lo largo de la
intervención en familias.
Traducc.:SSB
[1] PALACIOS G., Jesús. La familia como
contexto de desarrollo humano. Sevilla: Servicio de Publicaciones de la Universidad de
Sevilla, 1999. ISBN 84-472-0283.
[2] MACCOBY, @E. @E. “Los roles parentales
en la socialización de los niños: Una visión histórica”. Psicología del Desarrollo,
28 (1992), pág. 1006-1017.
[3] “Son aquellos que proporcionan apoyo emocional,
instrumental y informacional a los padres, con el objetivo de promover el
desarrollo humano y prevenir varios problemas familiares e infantiles”. A: WEISSBOURD,
B.; KAGAN,
SL. “Familiy apoyo programs: Catalysts for change”. American Journal of Orthopsychiatry, 59 (1989), pág. 20-30.
SL. “Familiy apoyo programs: Catalysts for change”. American Journal of Orthopsychiatry, 59 (1989), pág. 20-30.
[4] Comissió de seguiment del projecte Cases d’infants.
Guia de procediments de funcionament. Setembre de 2013
[5] El desarrollo se puede entender como una trayectoria
específica de intercambio entre los sistemas biológicos, psicológicos y sociales del
ser humano y que generan continuidad, discontinuidad y cambio en sus
características, los procesos y
las funciones a lo largo de su ciclo vital (Bronfenbrenner y Evans, 2000;
McCartney y Phillips, 2006)
[6] “Que aglutina varias
disciplinas en forma transversal y que se encuentra por encima de todas estas;
justo es decir que suámbito de acción es superior al de cada una de las
disciplinas.”